meryturielsoler Dice Defreds que todos tenemos un verano que lo cambió todo. Para mí no ha cambiado nada, pero he cambiado yo. El verano tiene un problema para mí, y es que crea una ilusión de felicidad que a veces no se corresponde con la realidad. Todos estamos más morenos, más guapos, más eufóricos. Hacemos muchos planes (tengamos vacaciones o no) porque apetece, el ambiente invita a ello y todo vale, “es verano”. Volvemos en septiembre cargados de historias que contar, de recuerdos que nos pondrán nostálgicos en enero y de amores en cuarentena que tendrán que pasar la prueba del duro invierno. Otros veranos buscaba siempre escapar, me iba lejos de casa y así no pensaba en nada, pero este ha sido diferente. He disfrutado de un Madrid vacío porque tenía a mi gente, he arreglado el mundo con mis amigas en una piscina en los tejados y he reído a carcajadas. De las de verdad, de las sanas y las no fingidas. Y, ¿cómo sé que ha sido una felicidad real? Porque estoy deseando que llegue el otoño y seguir viviendo un verano por dentro 🖤 texto Mery Turiel